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EL CUERPO TRANSGENERACIONAL
Esta foto es una buena metáfora del enfoque que muchas veces le damos al trabajo con constelaciones familiares, sobre todo cuando se trata de enfermedades, el cuerpo físico que nos transporta elabora metáforas de lo que se ha ido tejiendo en el cuerpo transgeneracional.
KERYGMA
TODO ESTÁ BIEN
El médico y la esperanza
Ricardo Linares dice que el terapeuta sistémico –y yo diría que cualquier médico- debería ser un tanto postmoderno, escéptico frente a la contundencia de realidades objetivas, y muy proclive a invertir en las sutilezas del lenguaje.
Frecuentemente me encuentro a personas sin historia, solo con pasado, me gusta ayudar a que esas personas se enzarcen en un proceso de construir su propia historia.
Todo mundo tiene un relato, a los médicos / terapeutas nos tocan los relatos en los que las cosas no han salido como esperaban, es decir los relatos difíciles, re escribir ese relato de manera esperanzadora, pero realista, constructivo pero sin chabacanerías y sobre todo dotado de sentido, es un trabajo realmente fascinante.
Venía en mi moto pensando esto, mientras tanto una luz atravesaba los árboles de esta bella ciudad de manera casi poética.
La felicidad empieza con la madre
La felicidad empieza muy temprano, empieza con la madre y se sigue manteniendo en la relación con ella. El camino de la felicidad se interrumpe cuando perdemos el contacto con la madre, por supuesto también con el padre, pero eso está en un honroso segundo lugar. Sigue leyendo
Dueños de un rostro y de un corazón
En Náhuatl, la lengua de mis ancestros, las frases IN IXTLI, IN YÓLLOTL significan rostro y corazón, lo cual simboliza el concepto de «PERSONALIDAD».
Debido a que el ser humano nace sin el rostro y el corazón definidos, el ideal supremo de la educación será pues la Ixtlamachiliztli, «acción de dar sabiduría a los rostros» y la Yolmelahualiztli, «acción de enderezar los corazones», y esto es tarea de los tlamatinime (sabios) y de los padres. Sigue leyendo
Autoayuda
Empecé mi camino en la búsqueda del sentido de la vida como lo hace casi todo mundo, de la mano de los libros de autoayuda y su arquitectura verbal construida de frases ingeniosas y contundentes; posteriormente, el apetito intelectual –y una sutil dosis de arrogancia- me fueron apartando poco a poco de todo lo que sonara a “libro de autoayuda”, así que me decidí a hacer psicoanálisis. Nueve años estuve psicoanalizándome. Después una deliciosa terapia gestalt que me ayudó a hacer movimientos en mi vida que nunca me había atrevido antes y de los cuales estoy contento, pero siempre tendré la duda de si esos cambios fueron gracias solo a la gestalt, al trabajo previo con el psicoanálisis, a una caricia del destino… qué sé yo. Sigue leyendo