Las constelaciones familiares son una terapia grupal orientada a buscar SOLUCIONES en el contexto familiar.
Subrayo el hecho de que se trata de buscar soluciones, porque la tendencia natural de un paciente o un consultante es la de buscar el problema más que la solución. Parece ser que hay como un gusto patológico en recrearse en los problemas. Si se mira demasiado el problema se deja de ver la solución.
El primer objetivo en el taller consiste en CENTRAR al paciente en lo que realmente necesita, pues muchas veces para evitar el problema principal el paciente se pierde en problemas secundarios. Generalmente consigo centrar al paciente a base de un diálogo respetuoso y directo en el cual impido que me seduzca con su dolor. Por el contrario, antes que mi compasión le ofrezco mi respeto, a través de la intuición y de la información que me da respecto de su familia. Un problema laboral en realidad esconde un conflicto de grupo familiar, un problema de celos es la transmutación de abusos en la infancia, etc. CADA CASO ES ÚNICO. No hay estereotipos para explicar el dolor de los pacientes.
Los pacientes llegan con un anhelo GENUINO de encontrar un “milagro” y a través de estos años de trabajo con las familias he podido atestiguar hechos realmente inesperados, que parecen una auténtica intervención divina (o del destino): mujeres que consiguen embarazarse, enfermos graves que curan, adictos que son capaces de transformar la lealtad amorosa de su adicción por una actitud menos destructiva, incluso un par de gemelos con problemas visuales en la retina serios que lograron curarse del todo. Sin embargo, todos esos casos son –por así decirlo- milagros “extraordinarios”; me fío más de los milagros “ordinarios”, es decir cuando conseguimos que los participantes en los talleres ASIENTAN a su realidad tal como aparece. Cuando se pone en marcha un proceso en el que poco a poco y día con día se va poniendo ORDEN en nuestra vida, vamos encontrando el SITIO que realmente nos corresponde en el entramado de nuestras relaciones.
Mi experiencia personal y como terapeuta, me dice que ya con esa CONCORDANCIA se vive el primer atisbo de paz.
Por último, diré que las soluciones no siempre tienen que ser de orden racional. Muchas veces digo que con los pacientes hay que hablar un discurso DIFERENTE del que ellos tienen, porque es evidente que el discurso de ellos NO HA FUNCIONADO. De lo contrario no estarían solicitando ayuda.
Suele ser difícil “desprogramar” el discurso FERREO que los pacientes tienen sobre sus problemas, pues algunos de ellos han hecho una maestría –sin saberlo- sobre sus dificultades, es decir, son expertos en su dolor. Mi trabajo consiste en hacerlos expertos en la solución y repito, muchas veces la solución no es de orden racional.
Es evidente que el discurso racional FUNCIONA, así como la física de NEWTON también funciona, pero ni la razón explica todo, ni la física Newtoniana resuelve todos los enigmas.