LAS CONSTELACIONES FAMILIARES UNA ESPIRITUALIDAD CONTEMPORÁNEA

OLYMPUS DIGITAL CAMERAEn el artículo “La estética del silencio”, Susan Sontag nos dice que cada época debe reinventar para sí misma el proyecto de espiritualidad, es decir ideas, terminologías, normas de conducta, actividades, etc. encaminadas a resolver las dolorosas contradicciones estructurales inherentes a la situación humana.

Desde la década de los 90, ha surgido con fuerza la terapia familiar sistémica con “constelaciones familiares”, una metodología difundida por Bert Hellinger en todo el mundo, y que además de ser un método revolucionario en el mundo de las terapias, es también una espiritualidad moderna emergente, y que ha resultado ser un bálsamo potente para comprender las realidades humanas, especialmente las realidades sufrientes.

Sin embargo, la comprensión sistémica de las dificultades humanas viene de lejos, desde 1937 cuando Karl Ludwig Von Bertalanffy presentó oficialmente su teoría de los sistemas, una comprensión que completaba la visión vectorial de la ciencia clásica, para lo sistémico la realidad humana ya no se entiende solamente con la explicación causa efecto, ahora se toman en cuenta todas las conexiones y el intercambio entre los miembros de un sistema, una especie de proceso interno que no es vectorial y cuyo resultado siempre es en función de todos los componentes (miembros) .que lleva un proceso interno con un resultado.

De esta manera en la terapia familiar sistémica clásica se dejó de “identificar” a un miembro, ya no se trataba al esquizofrénico, sino a la familia que había “procesado” un esquizofrénico.

La aplicación de la terapia familiar sistémica con constelaciones familiares tiene un aspecto espiritual porque va más allá de lo terapéutico, es toda una revolución personal en la que el cliente / sufriente va comprendiendo todas las memorias que hay en los sistemas a los que pertenece y que sostienen su realidad, especialmente su sistema familiar.

En el trabajo con los clientes, intentamos explorar todas las memorias que condimentan su realidad: el guion vital (todos los acontecimientos vividos por su madre y su entorno durante la gestación), las experiencias infantiles, las relaciones paterno-filiales, los acontecimientos familiares pretéritos, los mitos familiares y, muy especialmente, los aspectos sociales tales como los acontecimientos históricos, culturales, atmosféricos, etc. que pudiesen haber generado una memoria que luego nos permita comprender aquello que sostiene la dificultad de nuestro cliente.

Recientemente se ha descubierto en los gusanos, que son capaces de traducir un estrés vivido a una información genética y transmitirla a los posteriores de la especie, la biografía se hace biología, un postulado aceptado hace tiempo por la epigenética: las circunstancias históricas y culturales se heredan, los acontecimientos vividos por nuestros antepasados, tales como la guerra, las migraciones, las hambrunas, las sequías, los acontecimientos telúricos, etc. Se transmiten en información genética, y muy probablemente en un campo de información “psico histórico” que va más allá de lo genético. La transmisión genética que hacemos de los acontecimientos va teñida de información social y cultural, la biografía (personal y colectiva) se convierte en biología.

Siendo médico, tengo especial interés en las realidades sufrientes bajo la etiqueta de una enfermedad, nuestra postura vital se sostiene con muchas memorias, y los síntomas son una postura vital, especialmente los síntomas crónicos, son muchas las memorias las que nos llevan a desarrollar un síntoma. Me atrevo a decir que los síntomas crónicos y todos los sufrimientos son holográficos, de “holos” y “gramma”: “el todo en cada parte”, la narrativa de un síntoma o de un sufrimiento de una persona adulta, seguramente ya se encuentra en su niñez, en sus antepasados y en los contextos sociales de los cuales proviene y se ha nutrido. El buen botánico, sabe de qué árbol se trata tanto si mira la raíz, la corteza del tronco o una hoja.

¡Es un reto fascinante!, es un proyecto espiritual, ayudar a una persona a descubrir el sentido de lo que vive, devolverle el entusiasmo y la alegría para emprender los cambios que sean reales y posibles, para que pueda tener una vida digna y libre, y a ser posible, generar una consciencia de pertenencia social con un circulo virtuoso: el individuo pleno es el soporte de la familia (sistema), la familia plena es el soporte de la sociedad (sistema mayor), la sociedad plena es el soporte del individuo. De esta manera, el trabajo con constelaciones familiares se convierte en un proyecto espiritual social.

Suelo reflexionar que una ola puede sentirse pequeña, efímera e insignificante hasta que descubre que es el mar. Los seres humanos somos un sistema individual incrustado en sistemas mayores, el más importante la familia. Será un arte cuidar nuestra vida sin narcisismo, relativizando la contingencia de nuestra existencia y asintiendo al servicio que hacemos a un sistema mayor.

 

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