EVOLUCIONAR, CON LO COTIDIANO

20150918_094545Hace años que vivo las constelaciones familiares, tengo amigos que son asiduos a los talleres, para mi mismo, cada encuentro es apasionante, ¿Por qué? porque cada encuentro es único, porque el contenido académico podría ser el mismo, pero tu “escucha”, tu “apertura” podría ser otra. Evolucionar es un reto y una alegría constantes.
EVOLUCIONAR CON LO QUE LA VIDA TE PONE ENFRENTE
A veces pensamos que solo evolucionamos mediante una iluminación: tenemos la fantasía que un día pasará algo extraordinario y entonces todo será diferente. Pero quizás, la vida cotidiana sea una oportunidad constante para evolucionar. Las constelaciones familiares nos permiten iluminar en grupo esos pequeños aspectos de nuestra vida que son nuestra sombra y descubrimos como esos bloqueos, contradicciones, dificultades, sufrimientos, síntomas, etc. son en realidad una oportunidad para evolucionar.
Cuando vivimos cosas difíciles, sobre todo durante la infancia, nos “contraemos” y algo sale de nuestro cuerpo, y empezamos a vivir fuera de nuestro cuerpo, y nos forjamos unas creencias que nos limitan. Empezamos a vivir en un YO falso, una vestimenta que muchas veces incluye el sufrimiento; y una manera de vivir que nos aleja de lo que realmente somos. Explico una experiencia personal (no para ponerme de ejemplo sino porque es lo que mejor entiendo). Seguramente en mi infancia viví alguna cosa dolorosa (no tiene importancia recordarla ahora) que hizo que me replegara sobre mi mismo y forjara las creencias de que sólo si AYUDO  a las personas, sólo si soy un chico “inteligente”, seré amado. Y muchos años de mi vida me he dedicado a servir a esas creencias. No es que no tenga una generosidad innata, no es que no tenga una inteligencia natural, el problema es que he vivido mucho tiempo actuando desde FUERA, desde ese YO FALSO, desde ese ropaje que me ha permitido transitar por la vida. Mi trabajo personal ha sido sintonizar con ese dolor primigenio, sin cambiarlo, sin interpretarlo, asintiendo a la vida tal como fue y tal como es, y quizás poco a poco pueda conseguir actuar desde mi inteligencia natural que no necesita demostrar nada, desde la generosidad natural que nos hermana con todo lo vivo.
TRABAJAR EN GRUPO
En el trabajo en grupo se crea un campo colectivo que permite emerger a la conciencia los patrones de conducta creados cuando nos hemos contraído, y muchas veces en el trabajo colectivo somos ventanas para que emerja un mismo sustrato, por eso puede ser común que algún sufrimiento que alguien del grupo no puede explicarlo, otro participante lo pone sobre la mesa: EL DESPERTAR ES COLECTIVO, en el fondo, el sufrimiento personal, TAMBIÉN ES COLECTIVO. En el grupo encontramos una fuerza terapéutica que difícilmente se despliega a nivel individual. Mi experiencia después de muchos años es que el alma colectiva: (Nuestra familia, nuestras raíces, nuestra cultura, todo aquello a lo que pertenecemos) encuentra en la fuerza grupal, un espacio amable para manifestarse, para permitirnos despertar. Siempre que trabajamos en grupo, se crea una experiencia real y sutil de conexión,  es a través de esa experiencia colectiva que vivimos en cada encuentro mediante la cual nuestra alma se permite reconectar con aquello de lo que está separado. El verdadero sufrimiento viene cuando nos alejamos de lo que realmente somos, y la experiencia grupal, además de devolvernos a la casa que nos pertenece, nos permite observar que no estamos solos, que no somos los únicos que tenemos sombra y entonces emerge un amor por los otros, por lo vivo, y descubriremos que el mayor crecimiento lo hacemos por amor a los otros, quizás por nosotros mismos no lo haríamos.
DESAPEGO
Desde las constelaciones, tenemos el objetivo de caminar y evolucionar en el desapego, desapegarse no es que no te importen las cosas, desapegarse es asentir el resultado. Asentir a la realidad tal como aparece. Si estamos apegados, no hay espacio para la transformación. Trabajando en grupo, tenemos la oportunidad de entrar con respeto, pero también con valentía a lo sombrío de nuestra vida, NO HAY DESPERTAR EN LA ZONA DE CONFORT, y tengo todo el entusiasmo y la ilusión de acompañar a quien me lo pida en ese despertar.

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